3 de noviembre de 2008
4 de mayo de 2008
Cants de galls esquinçaven,
des d'una llunyania
d'incerts tremolosos,
els palaus de l'aranya,
l'estesa nit.
Venia a poc a poc aquella
buidor tan despullada de la pluja.
Peus d'arbres penintents trepitjaven,
en processó parada,
antics luxes de boscos
recordats.
Lentes boques fressaven sense pausa,
malsons endins.
Nosaltres et miràvem encara
dura sofrença closa
en el no-res, i et dúiem,
sota feixugues voltes
del després, enllà d'amples,
cruels, llarguíssims cercles
de temps mort, a l'estança
on ulls de fred et guarden.
15 de enero de 2008
Llueve.Un señor se refugia bajo una arcada. Casi nunca estos señores saben que acaban de resbalar por un tobogán prefabricado desde la primera lluvia y la primera arcada. Un húmedo tobogán de hojas marchitas.
Y los gestos del amor, ese dulce museo, esa galería de figuras de humo. Consuélese tu vanidad: la mano de Antonio buscó lo que busca tu mano, y ni auélla ni la tuya buscaban nada que ya no hubiera sido encontrado desde la eternidad. Pero las cosas invisibles necesitan encarnarse, las ideas caen a la tierra como palomas muertas.
Lo verdaderamente nuevo da miedo o maravilla. Estas dos sensaciones igualmente cerda del estómago acompañan siempre la presencia de Prometeo; el resto es la comodidad, lo que siempre sale más o menos bien; los verbos activos contienen el repertorio completo. Hamlet no duda; busca la solución auténtica y no las puertas de la casa o los caminos ya hechos, por más atajos y encrucijadas que propongan.
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